Rodolfo Guevara E.

Susana Cuilty Siller
13 octubre, 2017
Convivios Musicales 2018
4 junio, 2018

La educación es la solución a los más importantes problemas de una sociedad. Esto lo hemos escuchado muchísimas veces en nuestra vida. Pero qué es realmente educar es aún una cuestión que no tiene una respuesta unánime. Nuestra sociedad se ha concentrado en formar profesionales más que formar personas para la vida, una vida que es compleja, pero ante todo profunda.

Un sabio francés del siglo pasado afirmó que existían cuatro aspectos fundamentales de la cultura: ciencia, arte, filosofía y didáctica.

Esta última, la didáctica, quizás la más olvidada de las 4, es el arte de enseñar, es una combinación a su vez, de ciencia y arte. Requiere conocimientos, por supuesto, pero también mucha sensibilidad, intuición, creatividad, habilidad, (paciencia y atención), lo cual se traduce finalmente en sabiduría. A los profesores se nos enseña en nuestra preparación docente, a instruir pero raramente a formar.

Instruir, entendiéndose como transmitir conocimientos es relativamente fácil, sin embargo “formar”, es decir, promover el desarrollo humano de las personas y educar en valores es una tarea que requiere de mucha sabiduría.

Conocí a Úrsula hace más de 10 años en un evento como este, presentando yo un libro. Y luego he tenido la oportunidad de conocerla más a través de muchísimas capacitaciones a las que me han invitado en FORMUS, en que hemos estado juntos aprendiendo, donde ella ha estado en todas, lo cual aprecio muchísimo, además de que habla de su deseo de estar siempre en crecimiento. Y puedo decirlo claramente, Úrsula es sin duda alguna, no sólo activa en ellas sino más aún de las personas más dedicadas en estas capacitaciones a aprender. Sencilla, profunda y siempre hablando desde la fuerza que aporta la experiencia real y no solamente los estudios intelectuales, ella brinda luz en sus comentarios a todos los maestros y maestras.

Pinceladas de Vida está escrito en un lenguaje sencillo, apto para cualquier persona que quiera aprender, sin embargo, es todo un reto, pues esconde en el fondo una serie de criterios fundamentales para el buen vivir. En la vida es fácil aprender las reglas o normas que hay que cumplir para “ser bueno”, pero poseer los criterios para discernir cómo obrar prudentemente requiere de muchos aprendizajes conscientes. Podemos aprender a empatizar si leemos la historia llamada “Cien peluches”; o podemos aprender a disciplinar a nuestros hijos al leer la historia “Disciplina con dignidad”; podemos aprender a sanar nuestros miedos al leer la historia “Los Miedos de Alícia”; o podemos aprender el respeto a las diferencias personales al leer la historia “Soy quien soy”, etc.

La mayoría de los libros transmiten los conocimientos del escritor, pero pocas obras translucen la sabiduría del autor.

Pinceladas de Vida es una obra llena de “experiencias” no son sólo vivencias.

Hay una gran diferencia entre tener una vivencia y tener una experiencia. Todos vivimos innumerables sucesos a lo largo de nuestra vida, unos dolorosos y otros agradables y felices. Sin embargo, quien decide tener una experiencia es quien voluntariamente elige hacerse consciente de lo que vive, siendo su capacidad para ser consciente lo que marcará la diferencia de la amplitud y la profundidad de lo experimentado.

Una frase popular dice: “la experiencia es la madre de la ciencia”. Pues de aquello que hacemos consciente en nuestra vida es de donde brotan los aprendizajes.

Aprender es una palabra que decimos fácil, por ejemplo, decimos hoy me aprendí una nueva canción, o hoy aprendí a manejar un carro, o aprendí a maquillarme, etc., sin embargo, todos lo que estamos dedicados a educar, sabemos que el verdadero aprendizaje es aquel que te transforma, es aquel que cambia o modifica tu forma de ser, el que influye en tus patrones de conducta, que son aquellos aspectos de nuestra personalidad que nos gobiernan, de ahí su nombre de “patrones”, y estos aprendizajes son facilitados a través de las dos motivaciones fundamentales que tenemos en la vida, que son el miedo y el amor.

El primero genera separación, división y desequilibrios en la persona; el segundo, el amor, por su parte genera unión, integración y equilibra profundamente al individuo. La verdadera educación, aquella que promueve la vida, que aporta “pinceladas de vida”, es aquella que a través de los pequeños momentos, de las pequeñas instancias educativas que comúnmente la vida nos pone fuera del aula, esa verdadera y así mismo muchas veces escasa forma de educar, es la educación en el amor.

Pero para eso no se requieren profesores, esto es, personas que profesen o hablen de algún tema, se requiere de Maestros, de personas que posean la Maestría, principalmente de si mismos, personas que hayan trabajado en su transformación, en su crecimiento, que sean agentes para si mismos y para los demás del desarrollo humano. Ésas deben ser personas que más allá de conocimientos posean también intuición, más allá del saber posean también sensibilidad, más allá de ser buenos profesionales sean también buenas personas, más allá de ser quienes aceptan, sean quienes integran e incluyen.

Conciencia, Transformación, Amor y Maestría de sí mismos es lo que podremos encontrar en Pinceladas de Vida. Los y las invito no a leer sino a crecer a través de esta obra, no un simple libro.

Gracias Úrsula y muchas gracias a todos ustedes.

Rodolfo Guevara E.

8 de octubre de 2017


Rodolfo Eduardo Guevara Escobar es Licenciado en educación con especialidad en filosofía.

Tiene una Maestría en Educación para La Paz .

Se ha dedicado durante más de 25 años a promover el desarrollo humano en diferentes países de Latinoamérica.

Es fundador del Centro Vida y Salud Integral de Monterrey, y es creador del Método de integración emocional y del Método del origen psicológico las enfermedades.