PRPS en la práctica

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Por: Adrián Bolaños Werren

 

El triangular de futbol del 14 de junio en el que participaron jóvenes de las casas hogar La Gran Familia, Douglas y los alumnos de Formus nos da la oportunidad para reflexionar sobre la gran oportunidad y responsabilidad que tenemos como formadores en crear espacios que propicien el desarrollo de habilidades para la vida en niños y jóvenes.

Uno de los principios de los cuales partimos en el PRPS es que la práctica deportiva puede potenciar la autoestima y la percepción de competencia y autoeficacia en los niños y jóvenes. Estos “recursos” son especialmente importantes para los adolescentes de una Casa Hogar que han enfrentado durante su corta vida diversas experiencias de rechazo y abandono; en algunos casos, las historias son desgarradoras.

Esta reseña surge desde la mirada de quien ha tenido la gran oportunidad de convivir por cuatro meses con los chicos de La Gran Familia; chicos que no cesan de sorprendernos y enseñarnos. Si bien hay muchas anécdotas que contar de estos cuatro meses, me centro en algunos detalles que sucedieron en las dos semanas previas al 14 de junio.

Salir a jugar contra otro equipo era la principal petición de la mayoría de ellos; un objetivo que daba sentido a las sesiones de entrenamiento, que por cierto son siempre únicas. Uno de los comentarios recurrentes que hacemos Mario Alanís y yo en el camino a la Gran Familia ha sido: “Qué sorpresa nos tendrán estos canijos el día de hoy”. No hay manera de aburrirse con ellos.

Las últimas dos semanas se volvieron particularmente interesantes: Jaime dejó de participar como lo había venido haciendo; ahora se salía del entrenamiento a la hora del juego y comentaba: “No sé si voy a jugar; tendré asesorías”. Jorge empezó a bajar del dormitorio descalzo: “No tengo tenis, profe, creo que no voy a poder jugar”.  Hugo incrementó su nivel de agresividad y al más mínimo detalle dejaba el entrenamiento, en algún momento de manera bastante grosera, logrando incluso que David, el mayor y más maduro del equipo, se saliera con él. En sus comentarios respecto al partido su mensaje era: “Voy a ser el más rudo en la cancha”. Sergio, el portero, quería cambio de posición: “Si me equivoco, me van a matar”. No tenemos muchas alternativas para hacer el cambio. José, con más herramientas sociales, preguntaba: “¿Y si perdemos, profe? ¿Nos van a apoyar a nosotros o a los de Formus? Estoy nervioso, profe”. A Roberto de pronto ya no le gustaba el futbol, ahora quería jugar beisbol. Eric y Alberto, los cracs del equipo con otra percepción de competencia (en el futbol), se mostraban ansiosos por ir a jugar, entrenaban intensamente. El caso de Pedro es particular; habíamos logrado incorporarlo al entrenamiento en las dos últimas semanas. Su discurso era siempre “soy el más malo de todos, yo no sé jugar, José, ¿verdad que soy el más malo?”. En el último entrenamiento, el cual fue muy intenso, Pedro comentó: “Hey, profe, yo no sabía que sí sabía jugar bien futbol”.

En el último entrenamiento hicimos énfasis en que el partido era para divertirse, que jugaríamos con equipos que también estaban en el programa. Si bien no hemos avanzado como quisiéramos en la formalidad del PRPS, hemos tenido logros importantes en aspectos esenciales del programa. No quedaron muy convencidos. Sus expresiones seguían siendo de temor a perder, y ahora que lo recuerdo, no tanto de querer ganar.

El día del partido llegaron a la hora acordada y uno a uno ingresó tímidamente a la cancha. Les entregamos sus playeras, el uniforme. ¿Cómo se sienten? “Nervioso, profe”, respondió alguno, “¿la hacen mucho?”. A calentar, chavos. Alanís de DT y yo a afirmar, apoyar, a darles seguridad.

Inicia el partido contra Formus, a sacar los nervios y a los cinco minutos gol de Alberto y unos minutos después el segundo de Alberto. A Hugo le encomendamos ser el líder de la defensa; se había convertido en un líder positivo. Eric, con un golazo de muy lejos, grita: “¿Lo grabó, profe?”. Desgraciadamente no lo grabé. Entra José y lo hace muy bien, también anota sus goles. Todos parecen disfrutar de la experiencia, lo hacen muy bien y nos encargamos de afirmarlo. David, con tenis, peleando cada balón, Roberto muy bien. Sergio, el portero, agrandado. Incluso Pedro anota su gol, que gozo. En el segundo tiempo, Formus mete al campo a Andrés con Síndrome de Down. Los chicos de la Gran Familia, sin mayor instrucción, lo dejan pasar y lo dejan anotar el gol. Andrés lo festeja a la Gignac, eso sí lo grabé. Termina el partido y la Gran Familia gana 7 a 4 goles, a festejar.

El segundo partido es contra Casa Hogar Douglas. Muy peleado, de mucho esfuerzo y con un final cardiaco. En los últimos minutos y después de una tarde espectacular de Sergio, este se descuida y le meten un gol infantil. Se escuchan más palabras de apoyo de sus compañeros que reproches; no lo veía venir. Pocos minutos después mete un gol de portería a portería para ganar el partido 4 a 3.

¿Cómo se sienten? “Muy bien, profe, nos sentíamos muy nerviosos, ahora nos sentimos muy bien”. Eso era evidente. ¿Cómo te sientes, Jaime? “Muy bien, profe, qué bueno que jugué”. Como esta, muchas expresiones de seguridad, de alegría, de autoestima. ¿Por qué se convirtió en una experiencia positiva?

  • Creamos un entorno de respeto y en el que ganar no era lo más importante. Para ser justos el haber ganado nos ayudó y los chicos de Formus y de Douglas de 10.
  • El DT Alanís excelente. Gracias, Mario.
  • Cada uno de ellos tiene fortalezas, nos apoyamos en éstas.
  • Afirmamos solo cuando correspondía, pero no escatimamos en hacerlo.
  • Trabajamos y les dimos la confianza. Hay que creer en ellos.
  • Finalmente, no podemos más que sentir un gran, gran cariño por cada uno de ellos, únicos.

Hoy en la mañana, Jorge García maestro de Formus, quien presenció uno de los juegos, me dijo: “Esos chavos se veían muy bien, excelentes chavos”. Efectivamente son excelentes chavos, así lo proyectaron ese día, así lo vivieron ese día y estoy seguro de que así se sintieron ese día. ¿Cómo estarán el lunes próximo? ¿Qué vivencias habrán tenido el fin de semana? ¿Qué tanto les quedará del 14 de junio? Espero que mucho… ¡a darle!

 

*Los nombres de los niños han sido cambiados para proteger su privacidad.